Las vitaminas para la piel se han convertido en un ingrediente indispensable en las fórmulas de los productos cosméticos más reconocidos. Cada vitamina tiene unas propiedades y unas indicaciones: manchas, arrugas, falta de luz, piel cansada, ojeras… ¡Descubre qué vitaminas necesita tu piel e inclúyelas en tu rutina desde ya!
La importancia de las vitaminas para la piel
Igual que nuestro organismo necesita vitaminas para estar fuerte y sano, incluir vitaminas para la piel en tu rutina de belleza hará que tenga un mejor aspecto. Las vitaminas aportan a la piel luminosidad e hidratación. También unifican el tono, rellenan las arrugas, combaten el aspecto cansado… en definitiva, utilizar productos formulados con vitaminas para la piel conseguirá restarle años a tu rostro y llenarlo de vitalidad.
Tipos de vitaminas para la piel
La reina de los activos antiedad
puede encontrarse en el listado de ingredientes como retinol, retinal o
retinil. La vitamina A tiene múltiples beneficios para la piel, de hecho, se
considera una de las vitaminas imprescindibles para su cuidado. Favorece la
renovación celular, potencia la síntesis de colágeno, regula el sebo de la piel
e incluso es aconsejable en baja concentración en el tratamiento como crema
para rosácea. También reduce las lesiones del acné, unifica el tono de la piel
difuminando las manchas y da paso, en definitiva, a una piel más lisa y sin
imperfecciones.
¿Todo el mundo puede introducir
la vitamina A en su rutina? Sí, pero con precaución. Si es la primera vez que
aplicas retinoides en tu piel debes introducirlos de forma gradual para que
piel se acostumbre a este activo tan potente y, así, evitar irritaciones, sobre
todo si tienes la piel sensible. Además, debe utilizarse solo por la noche y
acompañarlo de protección solar por la mañana, ya que los retinoides son
fotosensibles y pueden causar cambios en la piel con la exposición solar.
¿Quién no utiliza o ha utilizado productos formulados con vitamina C para el cuidado de la piel? El antioxidante por excelencia tiene fans por todo el mundo, siendo una de las vitaminas para la piel que más se utiliza, junto con la vitamina A.
Esta vitamina para la piel, gracias a su potente acción antioxidante, tiene un papel fundamental en la
síntesis de colágeno, que ayuda a mejorar la firmeza de la piel. Además, también unifica el tono, potencia la luminosidad y combate la acción de los radicales libres que nuestra piel adquiere durante el día como consecuencia de la exposición solar, la contaminación o el estrés.
La vitamina C es una vitamina para la piel con una potente acción antioxidante, protegiéndola del daño
oxidativo y haciendo que mantenga su luminosidad, su firmeza y su tono uniforme. De esta forma, ayuda a prevenir el fotoenvejecimiento (los signos de la edad que aparecen de forma acelerada por la acción de los radicales libres) y el cronoenvejecimiento (los signos de la edad que surgen con el paso del tiempo).
El problema que tiene esta vitamina para la piel es que se oxida al contacto con el aire, lo que puede modificar su color, su textura e incluso su olor. Para evitarlo, la mayoría de laboratorios que preparan estas cremas con vitamina C formulan con un derivado estable que se transforma en vitamina C activa al contacto con la piel, o con la vitamina encapsulada en liposomas que se libera una vez ha penetrado en la piel.
La vitamina B es una vitamina usada en la piel para reforzar su barrera protectora. De esta forma se crea un escudo de protección frente a los agentes medioambientales como el sol, el viento o el frío que tanto afectan a las pieles más sensibles. Esta vitamina para la piel, además, tiene una importante acción anti edad, estimulando la renovación celular, mejorando la circulación sanguínea, regulando la hidratación y regenerando la piel.
Dentro del grupo de la vitamina B, en el mundo de la cosmética destacan dos: la vitamina B3 (niacinamida), utilizada para reducir rojeces, calmar la piel y regular el sebo, entre otros beneficios; y la vitamina para la piel B5, que suele encontrarse como “pantenol”, un ingrediente muy utilizado para regenerar, calmar e hidratar la piel.
La vitamina E es una vitamina para la piel con grandes beneficios antioxidantes, por lo que ayuda a proteger la piel de la acción de los radicales libres, al igual que hace la vitamina C. No obstante, y aunque es conocida precisamente por este beneficio, la vitamina E también tiene beneficios hidratantes y te puede ayudar a mantener la piel hidratada por más tiempo. Esta vitamina para la piel refuerza su barrera natural y evita la pérdida de humedad, por lo que genera una hidratación tanto activa como pasiva.
Generalmente suele formularse junto con la vitamina C, ya que se complementan a la perfección. Mientras que la vitamina C es hidrosoluble, la vitamina E es liposoluble. Este hecho hace que se potencien entre sí, protegiendo a la piel del estrés oxidativo. Además, esta vitamina para la piel tiene otros beneficios como la prevención de estrías o la reducción de arrugas.
La vitamina K es una de las
vitaminas indispensables en nuestro organismo, y también una de las grandes
desconocidas. Como no podía ser de otra manera, también es una vitamina con
grandes beneficios para la piel, recomendada sobre todo para mejorar la
cicatrización y reducir las ojeras. En este último caso ha resultado ser muy
eficaz, no solo frente a ojeras marcadas y oscuras, sino también frente a
venitas y capilares, porque mejora sensiblemente la circulación sanguínea de la
zona.
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