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Muchos cambios ocurren en el cuerpo durante la gestación y la piel no es la excepción. Hay algunas medidas que se pueden implementar en esta etapa para el cuidado de la piel y es importante conocerlas porque en algunos casos pueden alertarnos de problemas más graves que puedan poner en riesgo al bebé.
Los cambios fisiológicos o normales en la piel de la embarazada son:
Ocurre en la mayoría de las embarazadas; más en las pieles oscuras, es progresivo durante el embarazo y disminuye lentamente después del parto. Se localiza preferentemente en las zonas con influjo hormonal como areolas, axilas, periné, genitales, región anal, cara interna de muslos; incluso las cicatrices pueden observarse más pigmentadas de lo habitual. La línea alba se encuentra desde el monte de venus hasta el ombligo y su pigmentación ocurre a partir del tercer mes.
El Melasma (manchas en la cara) puede ocurrir en un poco menos de la mitad de las embarazadas; más frecuente en las hispanas (genética), en la zona centro facial y puede no desaparecer con la terminación del embarazo o con la suspensión de las pastillas anticonceptivas. Durante la gestación la medida más importante es el uso rutinario y frecuente del protector solar con SPF 50 o más.
Los tratamientos despigmentantes se deben iniciar después del parto; en la actualidad se ha ampliado el abanico del tratamiento para melasma con nuevos medicamentos y tecnologías como microagujas y/o láser.
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Dilataciones varicosas en la porción inferior del cuerpo como las piernas, área vulvar y región anal con hemorroides; también favorecen su aparición los antecedentes familiares o predisposición genética. Las medidas más importantes para contrarrestar su aparición es evitar permanecer largos periodos (más de 30 minutos) en una misma posición de pie o sentado y evitar la compresión con ropa muy ajustada.
En algunos casos el médico podrá definir si es necesario el uso de medias de gradiente de presión para controlar su aparición o los síntomas.
Nevo arácneo (lunares rojos o “arañitas”)
Son lesiones vasculares rojas, con ramificaciones (similares a las arañas) que al deprimirlas con los dedos desaparecen; se pueden observar en el segundo a quinto mes del embarzo y la mayoría desaparecen en el postparto.
Eritema palmar (enrojecimiento de palma de manos)
Ocurre más frecuentemente en las mujeres blancas, desde el primer trimestre.
Edema (hinchazón)
Aparece en el último trimestre, se presenta debido a la retención de líquido en los tejidos, por retención de sodio y agua producida por hormonas como la aldosterona, los estrógenos y la progesterona. Muy importante diferenciarlo del edema por Preeclampsia, enfermedad grave propia del embarazo (su origen está en la placenta) en la que además de edema la paciente tiene hipertensión arterial y proteinuria y de no tratarse adecuadamente tiene graves complicaciones para la mujer y su bebé.
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Efluvio telógeno (caída del pelo)
Ocurre en la mayoría de los embarazos, desde el primer hasta el quinto mes postparto. Es causado por el estrés físico y emocional del parto, el estrés quirúrgico en las cesáreas, la pérdida sanguínea y los cambios hormonales. Algunos productos especiales para estas patologías pueden ayudar en este período, en el que sencillamente sentimos que vamos a quedarnos “calvas”.
Uñas
Estrías transversales, uñas quebradizas, onicólisis distal (Separación de la uña del lecho ungueal) y queratosis subungueal (alteraciones en el crecimiento de la uña).
Mucosas
Gingivitis con hipertrofia papilomatosa de las encías, por lo general ocurre en todas las embarazadas en diferentes grados, pero mejora completamente en el post parto. Puede haber sangrado, edema y dolor; importante siempre la valoración por odontología durante el embarazo.
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Estrías de distensión
Hasta el 77% de las embarazadas pueden presentarlas desde la segunda mitad del embarazo. Localizadas en la parte inferior del abdomen, alrededor del ombligo, glúteos, caderas, mamas, hombros y muslos, zona sacra y axilas. Al comienzo son de color rojo a violáceas y luego adquieren el aspecto típico atrófico y nacarado. La recomendación más importante es mantener la piel hidratada ya que su aparición es debida a la sobredistensión de los tejidos y daño de las fibras elásticas.
Acné
En algunas pacientes puede incrementarse o mejorar si lo presentaba antes de la gestación, o aparecer durante esta. El medicamento que se utiliza sin riesgo durante este periodo es el ácido azelaico (que además puede ayudarnos con las hiperpigmentaciones); casi todos los otros deben suspenderse.
Reubicación del tejido graso
La principal recomendación es mantener una alimentación saludable y realizar actividad física (con asesoría realizar la permitida durante el embarazo). En el postparto un consumo adecuado de líquidos nos ayuda para la lactancia y para mejorar cambios como la celulitis.
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El estrés es aquel mecanismo que se produce cuando una persona se siente excedida por una serie de situaciones que superan su capacidad de llevar a cabo una vida tranquila, lo que acarrea en una sobrecarga que puede influir en el bienestar físico, psicológico y personal. Estas sobrecargas pueden ser de tipo social, laboral, fisiológico, mental entre otros, y logran llevar a un sentimiento de tensión física o emocional que pueden provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso.
Se considera que el estrés hace parte de un proceso adaptativo del ser humano que lo lleva a afrontar ciertas situaciones para acomodarse al medio que lo rodea, sin embargo, se puede convertir en una sensación desagradable de peso y angustia, que luego va a afectar la calidad de vida de las personas.
El estrés puede llegar a perturbar claramente las esfera mental y física de los individuos, tanto así, que puede llegar a afectar la calidad de vida de una forma importante, ya que puede generar o intensificar un sin número de enfermedades, tanto orgánicas como psiquiátricas.
Siendo considerado una de las principales causas de agudización de enfermedades en la era moderna, el estrés puede desencadenar varios problemas médicos, como las enfermedades cardiovasculares, gastrointestinales, psiquiátricas, entre otras e incluso juega un papel muy importante en las enfermedades dermatológicas.
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Se considera a la piel, como el órgano más grande del organismo y es el que está en contacto directo con el exterior e interior del cuerpo. También se encuentra en constante comunicación con el sistema nervioso central, por medio de terminales nerviosas y complejos hormonales, lo que lleva a que el estrés afecte de forma importante la piel, ya que dicha interacción estimula cambios en ella, desde aumento de sustancias que generan sudoración o resequedad hasta inmunosupresión (baja de defensas) que permiten infecciones como el herpes u hongos.
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Es así como encontramos múltiples patologías en la piel que pueden ser afectadas por el estrés, tales como el acné, el efluvio telógeno (afección reversible en la que el pelo se cae después de una experiencia de mucho estrés), dermatitis seborreica, la rosácea, el prurito (rasquiña crónica), neurodermatitis, entre otras. A continuación, hablaremos de las patologías más comunes relacionadas con este.
El acné y la rosácea son dos de las patologías más comunes en las cuales se ha encontrado una relación bastante estrecha con el estrés y si bien este último no es la causa de dichas enfermedades, si puede agravarlas de forma importante, ya que el estrés emocional estimula la liberación de sustancias que aceleran el metabolismo e incrementa la actividad de las glándulas sebáceas favoreciendo dichas enfermedades. Es común escuchar sobre la aparición de lesiones de acné o rosácea ante cualquier situación de estrés, sea un examen, un problema laboral, un altercado familiar, entre otros.
Otra patología que se afecta de forma importante con el estrés es la dermatitis seborreica, que consiste en una descamación y enrojecimiento de la piel principalmente en cuero cabelludo y cara (cejas, surcos nasogenianos, orejas, entre otras áreas). Es una condición muy común en los adultos y es tanta la relación con el estrés, que la irritación de la dermatitis seborreica se considera como un indicador indirecto al estrés que pueda estar sufriendo una persona.
También es muy común observar como el estrés puede ser el desencadenante o agudizante de una patología muy común, el efluvio telógeno, este corresponde a la caída constante del pelo, la cual no lleva a la calvicie porque el pelo se renueva, pero si genera bastante angustia en los pacientes, principalmente en las mujeres, en quienes es relativamente común dicha enfermedad.
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El estrés también puede producir cambios en la apariencia de la piel, estos no se consideran patologías pero si pueden afectar la autoestima pues al disminuir la irrigación sanguínea y ante la falta de nutrientes y de oxígeno se produce envejecimiento prematuro, pérdida de luminosidad, deshidratación, piel flácida, ojeras, entre otros.
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Es así como encontramos múltiples patologías en la piel que pueden ser afectadas por el estrés, tales como el acné, el efluvio telógeno (afección reversible en la que el pelo se cae después de una experiencia de mucho estrés), dermatitis seborreica, la rosácea, el prurito (rasquiña crónica), neurodermatitis, entre otras. A continuación, hablaremos de las patologías más comunes relacionadas con este.
Es así como el estrés es considerado como causante de muchas enfermedades en el siglo XXI y la piel no se queda atrás. Aunque este no es el causante primario de muchas patologías dermatológicas, si hace parte importante de los factores que empeoran dichas patologías; por lo tanto, es importante aprender a controlarlo y principalmente reconocer que existe para de esta forma ayudar a controlar o sanar muchas de las enfermedades de la piel.
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La dermatitis atópica DA es una enfermedad inflamatoria de la piel que se presenta como consecuencia de una combinación de factores hereditarios y cotidianos.
Ocurre con mayor frecuencia en niños y puede iniciar en la infancia temprana y persistir incluso hasta después de la adolescencia en donde generalmente los pacientes empiezan a mejorar.
¿Cómo se manifiesta?
Se presenta como un brote alérgico en la piel que se acompaña de rasquiña en los sitios de inflamación. Puede comprometer cualquier área del cuerpo, pero según la edad, predominan en ciertos lugares. En el caso de los bebés, se manifiesta con mayor frecuencia en mejillas, codos y rodillas; mientras que en los infantes, la localización más típica es a nivel de pliegues tanto de brazos, piernas y cuello.
¿Tiene cura?
La dermatitis atópica puede controlarse, pero no se cura, ya que una exposición de la piel a los factores o condiciones molestas para ella generan nuevamente su inflamación.
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¿Cuáles son sus desencadenantes?
Estos factores varían de niño a niño. Muchos pueden empeorar con el invierno, pero otros lo hacen con el calor y la sudoración. La piel seca es el factor principal en todos los pacientes ya que tienen un defecto que impide que la piel permanezca húmeda; alterándose su función de barrera frente a gérmenes, irritantes o químicos y a la contaminación. El estrés emocional puede agravar en muchas ocasiones a los pacientes.
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¿Es contagiosa?
No es una enfermedad contagiosa, es decir, no se transmite de una persona a otra por su contacto. Se considera una enfermedad familiar, aunque no es clara la forma de transmisión de padres a hijos. Si un padre tiene dermatitis atópica o cualquiera de las otras enfermedades atópicas como asma o rinitis, la probabilidad de que el niño tenga una o varias de estas enfermedades es del 50%. Sin embargo, 30% de los niños con DA, no tienen padres con trastornos alérgicos.
¿Qué medidas pueden ayudar a controlarla?
El mejor tratamiento es la prevención de la inflamación de la piel. Estas pieles son muy reactivas y se brotan fácilmente. Esto se logra humectando diariamente la piel con cremas medicadas, y evitando factores que agraven el cuadro y la resequedad.
Es por lo anterior que los baños deben ser de corta duración, el agua debe ser tibia y no se debe usar jabón de cuerpo sino sustitutos de jabón tipo syndets. Debe evitarse el contacto con ropa de lana, es preferible que esta sea de algodón. No deben usarse detergentes ni suavizantes en el lavado de la ropa.
¿Cómo se trata?
Cuando se presentan las lesiones activas, se debe consultar al médico quien determinará el tratamiento más indicado de acuerdo a la presentación clínica que tenga en su momento el paciente. Los medicamentos más empleados en estos casos son los esteroides tópicos, pero deben ser formulados y supervisados por el especialista.
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